El refranero es expresión de nuestra ancestral sabiduría popular, basada en la experiencia y la observación por eso aluden constantemente a la vida, al trabajo, y a las costumbres. Mi abuela seguro los utilizaba en un sentido diferente, pero yo algunos me los he grabado a fuego para no olvidarme de ellos en la gestión de mi patrimonio personal.
1.- El saber no ocupa lugar: el conocimiento no sólo no estorba sino que es necesario para todo lo que la persona se propone en a vida, también en las finanzas, edúcate financieramente y te harás dueño de tus propias decisiones, sólo así cumplirás tus objetivos y dejarás de cumplir los de los demás.
2.- A quién madruga Dios le ayuda: los mejores retornos en la inversión los obtenemos en el largo plazo, así que cuanto más plazo le demos a nuestro plan de ahorro conseguiremos el objetivo con un menor esfuerzo, empieza a ahorrar para tu jubilación cuando empieces a trabajar, o ahorra para la universidad de tus hijos desde el día que nacen, empieza a ahorrar para un coche cuando estrenes uno nuevo… nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
3.- Más vale poco y bien que mucho y mal: conseguirás mejores resultados si ahorras pequeñas cantidades periódicamente que si esperas a juntar una cantidad mayor para empezar a gestionarla; aunque te parezca que se trata de aportaciones poco significativas, no olvides que un grano no hace granero pero ayuda al compañero.
4.- Quién no se aventura no pasa la mar: lo mismo pasa con nuestras inversiones, en la gestión de nuestros ahorros a largo plazo, tendremos que tomar posiciones menos conservadoras para que nuestros ahorros crezcan por encima de la inflación y es que quién no arriesga no gana.
5.- Después de la tempestad siempre llega la calma: En la vida cómo en las finanzas los problemas siempre pasan y finalmente sobreviven tiempos de tranquilidad y paz; cuando invertimos a largo plazo debemos de ponernos en manos de los mercados, y el mercado no siempre sube, se producen altibajos a veces muy pronunciados, pero no podemos dejarnos llevar por el pánico, y es que nunca llovió que no escampara.
Normalmente nos sentimos perezosos para poner en orden nuestras finanzas, pensar en lo que deseamos y definir nuestras metas; pero ten presente siempre que coser y cantar todo es empezar, a veces creemos que las cosas son difíciles, pero lo único difícil es dar el primer paso. Una vez damos ese primer paso, una vez que comenzamos un plan, todo lo demás se va desarrollando por el propio impulso de la voluntad. La cuestión es comenzar.