A Raúl lo conocí hace dos años y medio en una sesión de educación financiera. Siempre había soñado con llevar a su familia a Nueva York, desde hace años visitaba agencias o webs de viajes para buscar la mejor oferta, pero nunca encontró esa oferta que le permitiera hacer realidad su sueño.
Había empezado a trabajar muy pronto, acabó sus estudios y preparó una oposición de técnico de Hacienda, profesión que compartía con Marta, y de su sueldo de funcionario todos los meses reservaba una pequeña cantidad en secreto para hacer el viaje que siempre había soñado, pero cuando pensaba que iba a alcanzarlo, cómo si la suerte se pusiera en su contra, parte de esos ahorros siempre acababan invertidos en el mejor de los casos en el nuevo dispositivo electrónico de sus hijos, o un regalo de su mujer; y en otros casos el cambio de las ruedas del coche o la sustitución del embrague etc…
Así que aquella tarde, se acercó a mi, me saludo y me pidió que le ayudase a cumplir su sueño. Fue entonces cuando empezamos a trabajar juntos, lo primero que le expliqué cuando tuvimos la primera reunión en mi despacho, fue que si realmente quería organizar las finanzas de su familia, lo primero y más importante era implicar a todas las partes para definir cuales eran los objetivos vitales de toda la familia y unificarlos para alcanzarlos entre todos. Los recursos son limitados y la gestión ha de ser muy eficiente para no dejar ningún objetivo sin alcanzar y esto no sólo implica determinar sistemas efectivos de ahorro, también es necesario adoptar nuevos patrones de gasto en todos los miembros de la familia.
Tras varias reuniones con Raúl, Marta y sus tres hijos, poco a poco fui descubriendo que motivaciones tenían cada uno de ellos y cuando les hable a los cinco del sueño de su padre y del viaje a Nueva York, recuerdo que Pablo su hijo mayor exclamó: «jooo papi de haberlo sabido no me hubiera puesto tan pesado con que me comprases un ipad, o las entradas para ir al futbol, o la bicicleta de montaña etc… a mi también me gustaría hacer ese viaje».
Así fue como Raúl a los 55 años empezó a hacer realidad su sueño y sin saberlo el de toda la familia.
Dentro del plan financiero que les entregué, además de crear un fondo de emergencia para tener siempre disponible y evitar sorpresas, planificamos el ahorro para cada objetivo que nos marcamos y por supuesto, incluímos ese viaje como prioridad primera; y hoy dos años después de empezar ese ahorro, han logrado hacer realidad su objetivo y este próximo mayo podrán disfrutarlo. Con una aportación mensual de 300€ en dos años ya casi han alcanzado los 7.500€ que nos propusimos en aquel momento.
Si quieres que tu plan financiero sea realmente efectivo:
- No olvides definir los objetivos conjuntamente con toda la familia;
- Será necesario tener siempre a mano un fondo de emergencia para imponderables;
- Alcanzar tus objetivos implicará no sólo adoptar hábitos de ahorro sino también modificar patrones de gasto de toda la familia.